La inteligencia artificial está transformando el sector de las energías renovables, mejorando la eficiencia mediante el análisis de datos y la optimización de recursos, a pesar de enfrentar desafíos éticos y técnicos.
Las comunidades energéticas locales en España están liderando una revolución sostenible, empoderando a ciudadanos a gestionar su energía. Ejemplos como Monachil demuestran su impacto económico y social.
La energía solar flotante está en auge, ofreciendo eficiencia sin competir por espacio terrestre. Con beneficios como menor evaporación y rentabilidad económica, su futuro parece prometedor.
La energía marina, impulsada por el movimiento de mareas y olas, emerge como potencial renovable crucial. En países como Portugal y el Reino Unido, proyectos demuestran su viabilidad, pese a desafíos técnicos y ambientales.
Las microredes están revolucionando la gestión energética, combinando energías renovables y tecnología para un suministro constante. Desde California hasta aldeas remotas, su impacto es notable.